La primera persona que excavó las ruinas de Pompeya fue un militar de Zaragoza, José Joaquín de Alcubierre. Intentó entrar la capa de lava que cubría a Herculano. Más tarde desvió sus investigaciones hacia Pompeya y el Rey lo apoyó con mucho entusiasmo. Sus excavaciones duraron 32 años, en los cuales destapó los edificios más importante de la ciudad. Pese a esto, fue muy criticado por su durísimas persecuciones y condenas a los ladrones de arte que entraban en la excavación.
En el año 1863 el arqueólogo Giuseppe Fiorelli inventó un método para conservar los cuerpos de los habitantes de Pompeya: Cuando el arqueólogo está excavando, se da cuenta que hay una cavidad, en cuyo interior se encuentran restos humanos con su forma natural; entonces, por el agujero derrama yeso líquido. Como esta cavidad conserva la forma original del cuerpo, al solidificarse el yeso queda con la forma del cuerpo.
Restos encontrados tras las excavaciones en Pompeya |
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